¿Cómo maquillar la boca según su forma?
- carlotamb
- 15 feb 2016
- 3 Min. de lectura
El maquillaje se usa para corregir las imperfecciones del rostro, y tal se aplica también a los labios. Estos pueden tener distintos contornos los cuales pueden ser más o menos estéticos, pero todos pueden ser transformados en una boca embellecida, que cumpla con nuestras expectativas y nos haga posible presumir de sonrisa.
Esto se puede conseguir mediante el uso de bases, polvos, delineador labial y pintalabios cuya finalidad y cantidad dependerá del caso. Hay muchos tipos de labios, que podemos clasificar en seis grupos habituales:
Labios pequeños
Esta clase se caracteriza por la estrechez de los labios, por lo que lo que se busca es el aspecto de una boca más grande. Este cambio de tamaño es posible neutralizando el color de los labios con el del rostro con base, sellándola con polvos translúcidos, y usando delineador para colorear una sección de piel por encima y debajo de los tales, diseñando un contorno mejorado. Un milímetro suele ser suficiente, ya que como en otras tantas técnicas de maquillaje abusar puede ser fatal. Los tonos más favorecedores a la hora de dar color a los labios son los claros por su efecto exaltador.
Labios gruesos
Las bocas de labios gordos pueden ser muy atractivas, pero en numerosos casos llegan a resultar excesivas. Dependiendo de la situación conviene disimular lo abultado de su forma, lo que es fácil lograr siguiendo el patrón anterior. Con base, preferiblemente líquida para un mayor cubrimiento, equilibraríamos los matices de los labios y la piel para ajustarlos completamente al tono natural de nuestra cara. De esta manera podremos dibujar unos labios reducidos, y el pequeño trozo sin colorear se camuflará con el resto del rostro, aparentando ser un poco más de piel. Los labiales en tonos oscuros contribuirán a la sensación de una boca disminuida.
Labios ovalados
Los labios ovalados tienen unas comisuras poco definidas y una forma redondeada cuya corrección es factible al marcar el labio superior de una manera más puntiaguda. Conviene disimular las zonas superiores laterales en línea recta, aunque insisto, sin exagerar, para camuflar lo redondo de su forma original. El arco de cupido suele presentarse poco señalado, por lo que delimitarlo claramente sería una gran idea.
Labios puntiagudos
Este género incluye bocas lineales, con picos sobresalientes y toscos. Al analizarlos nos encontramos que podemos endulzar este tipo de labios al colorear una forma levemente redondeada, por encima de los laterales de la parte superior. El labio inferior suele ser redondeado naturalmente, aunque, si no se da este caso, también se puede suavizar.
Labio inferior/superior fino
En ambos casos se aspira a una disminución de volumen de alguno de los labios. Como en ejemplos anteriores, se deberá disimular algunas fracciones de boca para equilibrar sus dos partes. Dependiendo si se prefiere unos labios más gruesos o al revés, se redibujará levemente por fuera del pequeño o por dentro del más ancho, respectivamente. Técnicas con el color se pueden aplicar, como un degradado que favorezca a la zona en desgracia gracias a la efectividad de los colores claros y oscuros.
Labios asimétricos
El último tipo no es muy común, y en muchos casos apenas visible, pero ¿quién exagera nuestros defectos más que nosotras mismas? Corregir los labios asimétricos requiere el mismo cuidado que el dibujar el rabillo, pues igualmente deben de quedar idénticos. Cualquier fallo puede originar una estampa aún más impar. Si el problema no va más allá, sólo habría que tazar por encima de la deficiencia natural a ocultar para igualarlo con el resto de la boca. Si el caso no es grave no sería necesario hacer uso de ninguna clase de base, aunque si el punto diferente no es más pequeño sino más grande de lo normal sí convendría utilizarla para trazar un falso labio ligeramente reducido. Las técnicas explicadas anteriormente podrían ser de utilidad si los labios en cuestión lo necesitan.

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